Los orígenes de las monedas digitales se remontan a la década de 1990, y uno de los primeros de estos productos fue el oro electrónico (i-gold), que se creó en 1996. Otro servicio muy conocido para las monedas digitales es Liberty Reserve, que permitió a sus usuarios transferir dólares o euros a la Liberty Reserve. Luego apareció QQ. Las monedas Q se introdujeron a principios de 2005 como un tipo de moneda digital basada en productos básicos. Fueron tan efectivas en China que se decía que tuvieron un efecto desestabilizador sobre el yuan chino debido a la especulación. El interés por los intercambios de criptomonedas no ha dejado de crecer desde que Bitcoin se convirtiera en 2008 en la moneda digital más utilizada y aceptada.
Muchas de las monedas digitales actuales no han tenido un uso generalizado y no pueden usarse ni intercambiarse fácilmente. Existe la preocupación de que la criptomoneda sea muy riesgosa debido a su alta susceptibilidad a la volatilidad de los precios y su potencial para esquemas de bombeo y descarga. Los reguladores de varios países han advertido contra su uso y algunos han tomado medidas regulatorias concretas para disuadir a los usuarios, ya que el gobierno puede cerrar las criptomonedas en cualquier momento.

El valor de Bitcoin depende en gran medida de la especulación y el trading y su ineficaz energía ha sido criticada.

El Bitcoin fue la primera moneda digital que se emitió, sin embargo, hay muchas monedas digitales que no han tenido el éxito de Bitcoin y de otras como:
Ethereum, Ripple, Nem, Litecoin, Neo, Dash y más.