Una de las tareas más importantes del Banco Central es ofrecer servicios financieros, ya que trabaja para cobrar sus propios cheques y prestar dinero a sus miembros. Compra y vende grandes cantidades de divisas para influir en la oferta y la demanda del capital. También trabaja en la regulación de los tipos de cambio para controlar la inflación, además de producir informes estadísticos económicos para guiar las decisiones financieras.

Al controlar las políticas financieras del país, los bancos centrales fijan las tasas de interés de los préstamos y bonos y, generalmente, aumentan las tasas de interés para desacelerar el crecimiento y evitar la inflación o las reducen para estimular el crecimiento y la actividad industrial, además del gasto de los consumidores del país. De esta manera, los bancos centrales gestionan la política monetaria para dirigir la economía del país.

Al gestionar los controles financieros durante las emergencias, los bancos centrales trabajan para establecer y gestionar controles financieros durante períodos de graves presiones inflacionarias o de falta de suministros, sobre todo en tiempos de guerra, cuando el gobierno impone medidas para limitar el endeudamiento para fines no esenciales como compra de bienes de consumo o viviendas. Estas medidas especifican el monto máximo del préstamo y el período en el que los fondos deben devolverse.

Influir en el crecimiento económico del país mediante el control de la liquidez asignada al sistema financiero. Esto se hace a través de un conjunto de medidas, la más importante de las cuales es:

Controlar la cantidad de dinero que debe estar disponible en los bancos, utilizar operaciones de mercado abierto en la compra y venta de valores de otros bancos, controlar las tasas de interés de préstamos y bonos.